Los milkshakes son batidos elaborados principalmente con leche y helado. Su propio nombre lo indica, milk significa leche en inglés y shake batir, por lo que se podría traducir como batido de leche, pero se le añade una cantidad variable de helado que endulza y espesa la bebida. Chocolate, vainilla o fresa son los sabores más comunes, pero puedes encontrar un sinfín de recetas que incluyen frutas, turrón, yogures o galletas. Y, en el caso de intolerancia alimentaria, deciros que se pueden preparar también sin leche, con bebidas de soja, almendras o avena por ejemplo, y también sin gluten.

Los milkshake, aunque parecen la última novedad del sector, en realidad tienen su origen en Estados Unidos alrededor 1930, aunque se hicieron populares sobretodo en los años 50. En la actualidad, la mayoría de heladerías, y también muchos restaurantes y cafeterías, incluyen en sus cartas originales variaciones de esta apetitosa y nutritiva bebida, acompañándola de diferentes tipos de topping y adornándola por ejemplo con chuches y trocitos de dulces como tartas o berlinas. Mmmm…. ¡una auténtica bomba calórica al más puro estilo americano!

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